Papá de Belén
Vivo en Quito Ecuador y mi relato comienza mencionando las etapas tempranas de infancia de mi hija. Afortunadamente tuvo una niñez feliz sin mayores complicaciones, como cualquier niña de su edad. Nunca demostró nada diferente, es muy lista, aplicada y cariñosa.
Algunos de ustedes es probable que sepan, que existen establecimientos educacionales donde se premia a estudiantes más destacados y además, pueden ser escolta de la bandera por sus buenas calificaciones. Bueno, Belén es así, esforzada y muy responsable y fue seleccionada para esta actividad.
Llegada la adolescencia comenzó a preocuparse algo más por sus sentimientos y fue en esa etapa cuando nos avisó que tenía un novio. Para nosotros no fue sorpresa, sin embargo como padre algo me decía en mi interior que ella no se sentía cómoda ni feliz, pero la vida continuó.
Al llegar a sus dieciséis años recuerdo que reunió a la familia en la sala, debido a que tenía que comunicarnos algo. Yo algo impaciente, con cierto grado de preocupación, esperaba su argumento. Fue entonces cuando nos contó que durante varios años había intentado ser normal una joven como todas las niñas de su edad pero a pesar de ese esfuerzo ya no quería seguirnos mintiendo y había decidido contarnos su verdad.
Estábamos muy asustados por la continuidad de su relato; no entendíamos a que se refería, sin embargo en mi interior y muy en el fondo yo intuía algo. Su relato continuó y nos dice, he intentado de todas las formas ser una joven heterosexual pero ya no puedo más y quiero decirles que soy lesbiana, me atraen las chicas por lo cual he terminado la relación con mi novio.
Para nosotros no fue algo terrible escuchar la noticia, pero debo confesar que la reacción intuitiva como padre es temor, ese temor de que la sociedad la lastimara. Después de esa primera reacción, aparece el hombre, el padre protector y contenedor que explota en llanto junto a su hija y una abrazo tierno cobija cualquier inconveniente pasado. Desde ese día hemos aprendido a apoyar a Belén en todos sus procesos.
Hoy gracias a los cambios existentes en Ecuador, afortunadamente las jóvenes ya no tienen tantos inconvenientes como en años anteriores en que la homosexualidad se castigaba con cárcel. Hemos evolucionado como sociedad, pero sin embargo queda mucho por hacer por el bienestar de muchas jóvenes que pueden estar pasando por esta situación.
Después de algunos años nuestra hija está culminando su carrera de Comunicación en la Universidad Central y hoy si puedo dar fe de que tiene una vida que realmente la hace feliz y eso es lo que como padre me importa a mis cincuenta y dos años.
Atentamente, Geovanni Jaramillo desde Ecuador.
PRÓXIMA CONVENCIÓN